No és posible que una nena tan mona y con esa cara angelical resulte ser un una niña tan traviesa. Igual eso les hace más sexys…cuando las apatiencias engañan y las ves que toman el mando de la forma más radical. Me refiero al siguiente vídeo, cuando Jenna esclaviza a un pobre amigo que no sabía la que se le venían encima. Le precinta las manos y la boca…¡Ya no puede ni quejarse, ni escapar! Pero vamos…para que va a querer escapar siendo humillado por ese bombón en una nube rosa…
Esos zapatos están para comérselos
Las hermanas llegan a casa y como no, tienen a su esclavo esperándolas cual perrito de compañía. Pero ellas nunca le dan la espalda a este esclavito, que solo quiere lamerle la suela de los pies, sentirse despreciable y servil ante la mirada de las dos malvadas hermanas ¡Al final incluso se ve como le meten el tacón las dos juntas!
Una talla 42 para cubrirle la cara
Hemos escrito más de una vez sobre vídeos de esta clase, chicas que humillan a un hombre poniendolo debajo de una silla, sofá…o cualquier cosa que le duela física y moralmente. Pero en este caso, a pesar de no ser un sofá (que és un poco más radical que una silla) veremos a Anna y Mistress Izabella plantandole los pies en la cara a este tio. Verán como le cubren toda la cara con su talla 42 europea. A pesar de todo, él parece estar contento o muy metido en su papel.
Melissa se pasa al FootFetish
Es probable que éste sea el vídeo más tranquilo que he visto de Melissa. En casi todos las sesiones done aparece esta guapa rubia, son de humillación extrema, aunque éste tampoco se queda corto.
“Si vas a ser un buen esclavo y adoras mis pies, deberás sacar esa lengua tan sucia que tienes y limpiar mis zapatos hasta que queden brillantes. Voy a sacar las plantillas. Uf, huele bien ¿no? Pues espera porque tengo otro regalito para ti…¡mis calcetines!”
Nueva vida con un fetichista
Mi hermana y yo acabamos de hacer un gran negocio con nuestra tienda de Vídeos. Ahora siempre podremos ir tomar bebidas refrescantes mientras un esclavo nos lame y limpia los pies, y no los tenemos precisamente limpios en este momento…Pero para esto tenemos a nuestro pobre ignorante esclavo, para no parar de lamernos los pies. ¡Nunca pensamos que viviríamos como reinas!