Cuando uno quiere ser fetichista de los pies lo demuestra en cualquier momento. Da igual que los pies estén limpios, sucios o malolientes. Estas dos Amas han venido de un duro entreno, con los pies sudorosos y malolientes, y antes de irse a la ducha se les ha ocurrido la idea de humilar un poquito al esclavo que les estaba esperando.